Pocos conocen la historia del buque mercante Creole de 1841, una de las rebeliones de esclavos más exitosas en la historia de Estados Unidos. A bordo de este barco, un pequeño grupo de esclavizados, liderado por Madison Washington, tomó el control del navío y logró la libertad de la mayoría de los pasajeros. Aunque el motín no terminó en una guerra, sí provocó una grave crisis diplomática entre Estados Unidos y el Reino Unido, y aceleró los debates sobre la esclavitud en Norteamérica.
Entonces, ¿por qué casi nadie habla de este episodio? Tal vez porque involucró a Gran Bretaña, cuya postura antiesclavista disgustó profundamente a Estados Unidos. Lo cierto es que las agrias disputas entre ambos países pusieron en jaque el sistema esclavista y marcaron un antes y un después en el movimiento abolicionista.
1.- Un bergantín mercante llamado Creole
El Creole, cuyo nombre significa “criollo” en español, era un buque de cabotaje dedicado al comercio entre las costas del Atlántico y el Caribe. Pertenece a comerciantes de Virginia y apenas tenía un año de navegación cuando ocurrió el motín.
En octubre de 1841, el Creole zarpó de Norfolk, Virginia, con destino a Nueva Orleans, Luisiana. A bordo viajaban 16 personas blancas (entre tripulación y pasajeros) y 135 personas esclavizadas, además de una carga de tabaco y otras mercancías.
Un viaje de este tipo solía durar entre 4 y 6 semanas, aunque podía extenderse hasta dos meses en condiciones de calma chicha. En esta ocasión, los esclavizados no iban encadenados, y la tripulación y los pasajeros blancos estaban escasamente armados. Nadie esperaba una revuelta.
2.- ¿Quién fue Madison Washington, que pasó de esclavo fugitivo a líder?
Poco se sabe con certeza sobre la vida de Madison Washington antes del motín, aunque se cree que nació en Virginia. Según relata el abolicionista Frederick Douglass en su novela corta The Heroic Slave (1853), Madison logró escapar y alcanzó la libertad en Canadá, donde la esclavitud ya había sido abolida.
Sin embargo, regresó a Estados Unidos con la esperanza de rescatar a su esposa. Fue entonces cuando su antiguo amo lo reconoció, le disparó y lo capturó. Tenía aproximadamente 25 años cuando fue vendido a Thomas McCargo, un comerciante de esclavos de Richmond, Virginia.
Tras su compra, Madison fue encerrado en un corral de esclavos —una especie de prisión temporal—, esperando ser enviado a las plantaciones del sur. Su destino probable era trabajar en una plantación de algodón o caña de azúcar en Luisiana, donde las condiciones eran particularmente brutales.
3.- El corredor atlántico
Es probable que Madison y otros esclavizados a bordo del Creole tuvieran conocimiento de una red clandestina de comunicación entre comunidades afrodescendientes a lo largo de la costa atlántica y el Caribe. Esta red, formada por marineros, trabajadores portuarios y esclavos, permitía el intercambio de noticias sobre fugas, motines y cambios legislativos.
Así, es muy posible que supieran que Gran Bretaña había abolido la esclavitud en 1834 en sus colonias, incluyendo las Bahamas, y que cualquier esclavo que llegara a territorio británico sería considerado libre.
4.- ¿Qué ocurrió en alta mar?
A bordo del Creole, Madison Washington fue asignado a la cocina. Este puesto le permitió observar los movimientos de la tripulación y planificar la insurrección.
La rebelión estalló la noche del 7 de noviembre de 1841, mientras el barco navegaba por el Estrecho de Florida. A las ocho de la noche, el capitán dio la orden de descansar. El primer oficial, Zephaniah Gifford, estaba de guardia.
Madison, junto a Elijah Morris y un grupo de esclavizados, se apoderó de las escasas armas de fuego y de los cuchillos de la cocina. Con ello, tomaron el control del barco, sometiendo a la tripulación y a los pasajeros blancos.
El mayor problema era que nadie sabía cómo navegar. Por ello, tuvieron que negociar con William Merritt, un guardia con conocimientos marítimos. Madison, como líder, exigió que los llevaran a Liberia, en la costa africana. Merritt les explicó que no tenían provisiones suficientes para cruzar el Atlántico, y los convenció de dirigirse a Nassau, en las Bahamas.
Eran las 3 de la madrugada del 8 de noviembre cuando se tomó la decisión.
5.- El saldo del motín
Durante las siguientes horas, los amotinados tomaron el control del barco. Se apoderaron del camarote del capitán, los víveres, el alcohol y las pertenencias de los pasajeros blancos, incluyendo ropa, joyas y dinero.
La mayoría de los esclavizados observaron los acontecimientos con una mezcla de asombro, esperanza y temor sobre lo que ocurriría al llegar a tierra.
En el enfrentamiento, John R. Hewell, un agente del comerciante McCargo, fue apuñalado varias veces y arrojado al mar. También fue gravemente herido el capitán Robert Ensor, quien logró escapar trepando al palo mayor, pero fue capturado más tarde. Sobrevivió y se recuperó en Nassau.
6.- La llegada a Nassau
El Creole arribó a Nassau la mañana del 9 de noviembre. Fue recibido por un práctico (guía marítimo local) y su tripulación, todos afrodescendientes. Les informaron a los esclavizados que eran libres y que estaban en un territorio donde la esclavitud había sido abolida.
El oficial Gifford, quien asumió el mando en ausencia del capitán, acudió de inmediato al cónsul estadounidense, John F. Bacon, para informar del motín. Bacon, consciente de que si los esclavizados desembarcaban no podrían ser reclamados, pidió al gobernador británico, Sir Francis Cockburn, que impidiera su desembarco.
Cockburn accedió a detener a los amotinados, pero anunció que los demás esclavizados podían desembarcar libremente. Para entonces, ya se había congregado una multitud en el puerto, y varias embarcaciones rodeaban el Creole.
Tres días después, el 12 de noviembre, todos los esclavizados fueron liberados, salvo 19 amotinados y cinco personas adicionales que permanecieron a bordo. Más adelante, el gobierno británico aclaró que no había “liberado” a nadie, sino que los pasajeros abandonaron el barco por voluntad propia, ya que no estaban acusados de ningún delito.
7.- La decisión de la corona
Los 19 amotinados fueron trasladados a la cárcel de Nassau. Uno de ellos murió al día siguiente debido a las heridas sufridas durante el motín, y otro falleció poco después.
El caso fue elevado a Londres. En marzo de 1842, los asesores legales de la Corona determinaron que los amotinados no podían ser juzgados por piratería o saqueo, ya que su objetivo principal era obtener la libertad, no el botín.
En cuanto al asesinato de Hewell, el Reino Unido argumentó que, al no existir un tratado de extradición entre ambos países, no estaba obligado a entregar a los prisioneros.
En abril de 1842, el secretario de Asuntos Exteriores británico, Lord Aberdeen, anunció en la Cámara de los Lores que los detenidos serían puestos en libertad, lo cual ocurrió poco después. Ninguno fue juzgado ni extraditado.
8.- Los Estados Unidos al borde del conflicto
Los 19 amotinados fueron trasladados a la cárcel de Nassau. Uno de ellos murió al día siguiente debido a las heridas sufridas durante el motín, y otro falleció poco después.
El caso fue elevado a Londres. En marzo de 1842, los asesores legales de la Corona determinaron que los amotinados no podían ser juzgados por piratería o saqueo, ya que su objetivo principal era obtener la libertad, no el botín.
En cuanto al asesinato de Hewell, el Reino Unido argumentó que, al no existir un tratado de extradición entre ambos países, no estaba obligado a entregar a los prisioneros.
Para abril de 1842, el secretario de Asuntos Exteriores británico, Lord Aberdeen, anunció en la Cámara de los Lores que los detenidos serían puestos en libertad, lo cual ocurrió poco después. Ninguno fue juzgado ni extraditado.
9.- Diplomacia de alto nivel
Para calmar las tensiones, Gran Bretaña envió una misión especial a Washington liderada por Lord Ashburton, cuya esposa, Anne Louisa Bingham, era una rica heredera estadounidense, lo que facilitó el diálogo.
Ambas naciones ya tenían pendientes otros temas, como fronteras en Maine y Minnesota, y el tráfico de esclavos. El caso del Creole se integró en estas negociaciones.
En agosto de 1842, se firmó el Tratado Webster-Ashburton, negociado por el secretario de Estado estadounidense, Daniel Webster. El acuerdo resolvió varios conflictos fronterizos y estableció un régimen de extradición para ciertos delitos, aunque no incluyó la devolución de personas esclavizadas. El tema de la compensación fue pospuesto.
10.- Las cifras: un asunto demasiado arduo
El cargamento del Creole estaba asegurado, y los propietarios reclamaron indemnización a las aseguradoras. Estas se negaron, alegando que no cubrían pérdidas por motines. Los dueños demandaron, y los tribunales de Luisiana les dieron la razón.
Las aseguradoras apelaron ante la Corte Suprema de Luisiana, con un equipo de abogados encabezado por el destacado Judah P. Benjamin. Esta vez, la corte falló a favor de las aseguradoras.
Los esclavistas no se dieron por vencidos. Finalmente, en 1855, tras largas negociaciones, Estados Unidos y Gran Bretaña llegaron a un acuerdo de arbitraje. Se otorgó una compensación total de $110,330, que se repartió entre ocho reclamantes.
Esto equivalía a unos 800-850 dólares por esclavo, lo que en términos actuales (ajustado por inflación) ronda los 30,000 dólares o más por persona, una suma considerable para la época.
11.- La increíble historia de Judah Benjamin
Judah P. Benjamin fue un abogado de renombre, considerado uno de los más brillantes juristas del sur. En 1853, se convirtió en el primer senador judío en representar a Luisiana en el Senado de Estados Unidos.
Ferviente defensor de la esclavitud, más tarde ocupó cargos clave en el gobierno confederado: primero como Secretario de Guerra, luego como Secretario de Estado bajo Jefferson Davis.
Tras la derrota de la Confederación en 1865, Benjamin temió ser juzgado por traición. Huyó de Richmond, disfrazándose primero de granjero y luego de turista francés excéntrico. Llegó a Florida, donde embarcó hacia las Bahamas, casi ahogándose en el trayecto y trabajando como estibador para pagar el pasaje.
Desde Nassau viajó a La Habana y finalmente a Londres, donde, a los 55 años, se matriculó en el Lincoln’s Inn, uno de los colegios de abogados más prestigiosos de Inglaterra. En solo dos años, se convirtió en barrister y luego en una autoridad legal internacional, escribiendo obras fundamentales sobre derecho comercial.
12. ¿Y qué fue de Madison Washington y los demás?
Tras su liberación, los amotinados del Creole se integraron a la comunidad libre de las Bahamas. No hay registros precisos sobre su vida posterior, pero se cree que muchos se establecieron en Nassau o en asentamientos cercanos.
Una excepción es Elijah Morris, uno de los líderes del motín, de quien se dice que se trasladó al asentamiento de Gambier, cerca de Nassau, creado para recibir a personas afrodescendientes liberadas.
Madison Washington desaparece de los registros históricos tras su liberación. Algunos historiadores especulan que pudo haber emigrado a Canadá o incluso a África, pero no hay pruebas concluyentes. Su legado, sin embargo, perdura como símbolo de resistencia y dignidad humana.
Al cierre
El motín del Creole fue la rebelión de esclavos más exitosa en la historia de Estados Unidos: 135 personas obtuvieron la libertad, y ninguno de los líderes fue juzgado ni extraditado. Aunque no es tan conocido como otros episodios, su impacto fue profundo: debilitó el sistema esclavista, fortaleció el movimiento abolicionista y puso a prueba las relaciones internacionales.
Fue una historia de coraje, estrategia y justicia, que merece ocupar un lugar destacado en la memoria colectiva.