Este dios egipcio, cuya imagen puede parecer enigmática, es uno de los más antiguos y constantes en la religión del antiguo Egipto. Su figura, con cabeza de chacal y cuerpo humano, simboliza la protección de los muertos y el cuidado del cuerpo tras la muerte. A continuación, se presentan 15 datos sobre Anubis, contrastados con fuentes académicas y arqueológicas.
¿Anubis fue reemplazado por otro dios o complementado en su asistencia a los difuntos?
Anubis fue una de las deidades funerarias más prominentes desde el Reino Antiguo (c. 2686–2181 a.C.), especialmente en los Textos de las Pirámides, donde aparece como el principal encargado de los rituales de momificación.
Con el tiempo, el mito de Osiris —asesinado por su hermano Set, resucitado por Isis y convertido en señor del más allá— fue ganando centralidad. A partir del Reino Medio (c. 2055–1650 a.C.), Osiris asumió el papel de rey del inframundo, mientras que Anubis se redefinió como su asistente ritual.
Realmente no se trata de reemplazo. Según Jan Assmann (Death and Salvation in Ancient Egypt, 2005), Anubis mantuvo funciones esenciales: “su papel no decayó, sino que se especializó en el ámbito del embalsamamiento y el juicio del alma”.
¿Por qué Anubis es un chacal?
Anubis tiene cabeza y cola de chacal dorado (Canis aureus), un animal común en el desierto egipcio. Los antiguos egipcios observaron que estos animales frecuentaban las necrópolis, lo que llevó a asociarlos con la protección de los muertos.
Aunque el chacal es carroñero, los egipcios transformaron esta cualidad en un símbolo de vigilancia y defensa: Anubis no profana tumbas, sino que las protege.
Como señala Salima Ikram (Death and Burial in Ancient Egypt, 1995): “La imagen de Anubis como chacal refleja su papel como guardián del desierto, el umbral entre la vida y la muerte”.
Es válido aclarar que no hay evidencia de que los egipcios lo asociaron con el lobo. El animal representado es inequívocamente el chacal dorado.
Protector de los difuntos
El desierto era visto como el mundo de los muertos, y los cementerios se ubicaban en la orilla occidental del Nilo, donde se ponía el sol. Dado que los chacales merodeaban por estas zonas, Anubis fue concebido como su protector simbólico.
Contrario a la creencia popular, no existen estudios de ADN que sugieran que Anubis se basó en un lobo. Esta afirmación carece de fundamento científico. Los análisis genéticos modernos (Koepfli et al., Current Biology, 2015) confirman que el chacal dorado es una especie autóctona del norte de África.
Anubis, por tanto, no es un devorador, sino un defensor del cuerpo del difunto, encargado de preservarlo para la vida eterna.
Muchas formas de llamar a este dios
Dada su importancia, Anubis recibió múltiples epítetos en los textos funerarios:
- Imy-ut: “El que está en el lugar del embalsamamiento”
- Khenty-amentiu: “El que está al frente de los occidentales” (los muertos)
- Khenty-she-netjer: “El que está al frente del lugar sagrado”
- Hery-ibw: “El que está sobre la montaña” (referencia a las necrópolis)
- Sebak: “El enterrador”
- Neb-ta-djeser: “Señor de la tierra sagrada”
Estos títulos aparecen en los Textos de las Pirámides y los Textos de los Sarcófagos, como documenta James P. Allen (Middle Egyptian Literature, 2014).
Vigilante y facilitador de rituales mortuorios
En los rituales funerarios, un sacerdote conocido como el “sem” (o “gran sacerdote”) vestía una túnica de leopardo y realizaba el rito de la Apertura de la Boca. Aunque se invocaba a Anubis, no hay evidencia de que los sacerdotes usaran máscaras de chacal.
Anubis era el modelo divino del embalsamador. Supervisaba el proceso: extracción de órganos (excepto el corazón), deshidratación con natrón, aplicación de resinas y envoltura con lino.
Como explica Salima Ikram (Choice Cuts, 1995): “Los embalsamadores humanos actuaban en nombre de Anubis, quien era su patrono divino”.
Hasta el último momento acompañaba al muerto
Durante el funeral, se realizaba el rito de la Apertura de la Boca, que permitía al difunto volver a hablar, comer y respirar en el más allá. Este rito era realizado por un sacerdote, aunque se invocaba a Anubis como testigo.
En el “Pesaje del Corazón”, descrito en el Libro de los Muertos, Anubis supervisaba la balanza donde el corazón del difunto se comparaba con la pluma de Ma’at (la verdad y el orden cósmico).
Sí existen representaciones de Anubis en la tumba de Tutankamón, como el santuario funerario de madera dorada hallado por Howard Carter. Este objeto representa a Anubis recostado sobre un pedestal, orientado al oeste, símbolo de su papel como guardián. Pero no hay evidencia de que “condujera” personalmente al faraón.
Si el muerto había sido bueno en vida, Anubis lo llevaría ante Osiris
Tras el juicio, si el corazón era más ligero que la pluma, el demonio Ammit no lo devoraba, y el difunto era declarado “verdadero de voz”.
Sin embargo, no es Anubis quien lo lleva ante Osiris. En los textos, el difunto se presenta solo ante el trono de Osiris. Anubis supervisa el juicio, pero su papel concluye allí.
Como señala Erik Hornung (The Ancient Egyptian Books of the Afterlife, 1999): “Anubis es el técnico del juicio, no el guía del alma hacia el reino de Osiris”.
Su nombre fue cambiado
El nombre original de Anubis era Anpu o Inpu en egipcio. La forma “Anubis” es la versión griega del nombre, adoptada durante el período helenístico.
No hay evidencia de que el nombre estuviera asociado con la “descomposición”. Esa interpretación es moderna y sin base textual.
Durante el período ptolemaico y romano, Anubis fue sincretizado con Hermes, dios griego mensajero y guía de almas, dando origen a Hermanubis, una figura presente en inscripciones y arte romano.
El dios de la muerte tuvo esposa e hija
Anubis tenía una familia mitológica bien definida:
- Anput, su consorte, es una diosa con cabeza de chacal, mencionada en textos funerarios como protectora de la momia.
- Kebechet, su hija, es una diosa serpiente que purifica el cuerpo del difunto con agua fresca, simbolizando la regeneración.
Estas figuras aparecen en el Libro de los Muertos y en textos de sarcófagos, como documenta Geraldine Pinch (Egyptian Mythology, 2002).
¿Fue reemplazado por Osiris?
Las referencias de Anubis tienen mayor fuerza en el Imperio Antiguo, conocido como la “era de las pirámides”.
Llegado el Imperio Medio egipcio, situado entre los años 2055 y 1650 a.C., aproximadamente, el dios Osiris ocupa el lugar privilegiado de Anubis quien se convierte en su asistente embalsamador.
Osiris asumió la protección de los muertos contra los vivos (ladrones de tumbas) y las fuerzas malignas que pudieran desviarlos de su sendero hacia el más allá.
No fue reemplazado, sino redefinido. En el Reino Antiguo, Anubis era el principal dios funerario. En el Reino Medio, Osiris asumió el papel de rey del más allá, pero Anubis conservó funciones clave.
Como afirma Jan Assmann: “Anubis no perdió relevancia; su función se volvió más técnica y ritual, mientras Osiris se convertía en el símbolo de la resurrección”.
Plutarco de Queronea escribió sobre los verdaderos padres del guardián de los muertos
Plutarco, en su obra “De Iside et Osiride“, afirma que Anubis fue hijo de Néftis y Osiris, producto de un engaño, ya que Néftis se disfrazó de Isis para seducirlo.
Sin embargo, esta versión es una interpretación griega, no un mito egipcio auténtico. En los textos egipcios, los padres de Anubis varían: a veces es hijo de Ra, otras de Hesat, o simplemente de Néftis sin mención del padre.
Plutarco ofrece una visión helenizada del mito, útil para entender cómo los griegos interpretaron la religión egipcia, pero no como fuente de dogma egipcio.
El dios chacal se enfrenta a Set
La mitología egipcia no da certezas y aporta muchas versiones sobre lo que representan los dioses Anubis y Osiris y la relación que pudieran haber tenido.
El Papiro de Jumilhac, restaurado y conservado en el Museo de Louvre, es un antiguo manuscrito que revela detalles sobre los dioses egipcios, sus relaciones, la creación del mundo y la forma en que los faraones administraron a Egipto.
Se ha dicho que en este invaluable documento se describe un enfrentamiento entre Anubis y Set, quien pretendía robar el cuerpo de Osiris de la mesa de embalsamamiento en el wabet, recinto sagrado y purificado. Según quienes sostienen este relato, Set carga con el cuerpo, pero Anubis lo persigue y lo enfrenta sin miedo, aun cuando se le presenta con la forma de un enorme toro.
Otras fuentes sostienen que El Papiro de Jumilhac contiene relatos sobre el culto a Osiris y la protección de su cuerpo. En uno de ellos, Anubis protege el cuerpo de Osiris en el wabet (sala de embalsamamiento), pero no se describe un enfrentamiento físico con Set.
Tampoco hay mención de que Set se transforme en un toro gigante. Esta escena es una invención moderna sin base textual. Las luchas entre Horus y Set son comunes, pero no entre Anubis y Set.
De agudo olfato como un canino
Anubis tenía el olfato muy desarrollado. Los sacerdotes egipcios, usando máscaras del dios de los muertos, preparaban mezclas aromáticas con múltiples hierbas, combinándolas con experticia.
En el imaginario colectivo se ha arraigado la creencia de que el aroma que estas desprendían servía a Anubis para no perder la pista del difunto, que necesitaba ser guiado y protegido hasta traspasar el umbral entre el plano terrenal y el inframundo.
Pero es pertinente decir que esta idea —que Anubis usaba su olfato para “seguir” almas— no aparece en ningún texto egipcio. Aunque los chacales tienen buen olfato, no se atribuye esta cualidad a Anubis en la mitología.
Las hierbas y resinas usadas en los rituales tenían funciones purificadoras, antisépticas y simbólicas, no para “rastrear” almas. Esta noción es una proyección moderna sin fundamento histórico
Guardián de cementerios
Después de la ascensión de Osiris, Anubis desempeñó otros papeles siempre importantes con relación a los muertos pues sus almas necesitaban mantener una conexión con el mundo de los vivos para poder disfrutar de las ofrendas dejadas en las tumbas.
Anubis acompañaba este proceso en su papel de guardián de los cementerios para garantizar que el viaje del difunto se desarrollara sin dificultad.
Anubis era invocado como protector de las tumbas. Su epíteto Khenty-she-netjer (“El que está al frente del lugar sagrado”) lo acredita como vigilante del mundo de los muertos.
Su presencia en tumbas y templos funerarios simbolizaba la continuidad entre los vivos y los muertos, asegurando que las ofrendas llegaran y que el cuerpo no fuera profanado.
Anubis trascendió a los egipcios
El dios chacal trascendió a sus creadores originales, siendo una figura venerada fuera de Egipto por griegos y romanos quienes lo asociaban con Hermes, dando origen a Hermanubis, una figura presente en inscripciones y arte entre el Período Tardío (664-332 a. C.) y el Ptolemaico (desde el año 332 a.C. hasta el 30 a.C ).
Siguió siendo representado con cabeza canina pero su indumentaria cambió al estilo romano. Se han encontrado estatuillas de Anubis en Pompeya, como en la Casa del Fauno, lo que prueba su veneración en el mundo romano.
La figura del dios mantiene su encanto a través de los tiempos, incluso en el presente a través de representaciones modernas, pues ha sido protagonista de películas casi siempre distorsionado (como en “la Pirámide” de 2014) y representado como un ser maléfico, con el halo oscuro que le otorga el poder de castigar con la muerte a los afectados por su furia.
Los romanos no veían a Anubis como un “adivino de muertos”, sino como guía y protector del alma.
Fuentes bibliográficas
- Assmann, J. (2005). Death and Salvation in Ancient Egypt
- Hornung, E. (1999). The Ancient Egyptian Books of the Afterlife
- Ikram, S. (1995). Death and Burial in Ancient Egypt
- Pinch, G. (2002). Egyptian Mythology: A Guide to the Gods…
- Allen, J. P. (2014). Middle Egyptian Literature
- Plutarco. De Iside et Osiride
- Koepfli et al. (2015). Genome-wide Evidence Reveals that African Wild Dogs and Dholes Are the Most Basal Lineages…, Current Biology