El 2 de noviembre de 1995, Día de Muertos, obreros de la construcción trabajaban en la colocación de zapatas de soporte para la nueva Casa de la Cultura de Romita, Guanajuato. A casi dos metros de profundidad, se toparon con algo inusual: esqueletos enterrados junto a vasijas de cerámica, distribuidos en un área de cuatro por cuatro metros.
¿Por qué tenían cuencas oculares muy grandes?, ¿por qué tenían pies con dedos diferentes a los de cualquier ser humano?, y cráneos en forma de bombilla caracterizan a 7 osamentas de “gigantes” encontradas en Romita: ¿Quiénes eran? ¿De dónde venían? ¿Por qué su entierro era circular?
Esqueletos enormes
Aunque algunas de las cerámicas se quebraron por acción de la excavación, el trabajo paró y al sitio fue llamado el profesor de Artes Plásticas y Escultura, Tito Serrano, quien se asombró por las características del hallazgo.
Se trataba de seis osamentas de adultos y una de un niño metida en un cántaro.
Los esqueletos, según Serrano, eran enormes. Estaban acomodados en círculo, en posición fetal, con los pies hacia adentro y apoyaban sus cabezas en vasijas.
Así enterraban a los suyos los otomíes y chichimecas. Pero ¿estas osamentas pertenecían a personas de estas culturas?
¿Eran humanos o extraterrestres?
Tras difundirse el hallazgo, algunos autodenominados expertos en ufología afirmaron que los esqueletos gigantes podrían pertenecer a visitantes de otros mundos, provenientes de galaxias desconocidas, o incluso de civilizaciones míticas como la Atlántida o Lemuria.
Según estos ufólogos, la disposición circular de los cuerpos y su tamaño inusual sugeriría que fueron tratados de forma especial en su comunidad: tal vez como maestros, sacerdotes o seres superiores, distintos a los antiguos pobladores de esta región de México, quienes solían ser de baja estatura.
Hasta llegaron a especular que estos gigantes habrían compartido conocimientos con los nativos, permaneciendo entre ellos para apoyar su desarrollo.
El maestro Tito Serrano los midió
El guía cultural de Romita habló sobre las asombrosas características de los cráneos en forma de bombilla, cavidades oculares muy grandes y pies con dedos de tamaño uniforme, a diferencia de los de un humano común que van en orden descendente.
Pudo determinar, además, que los esqueletos medían dos metros con cuarenta y cinco centímetros.
Por estas condiciones antropométricas, el hallazgo demandaba la intervención del INAH, Instituto Nacional de Antropología e Historia que, efectivamente, se hizo cargo del asunto para generar otro misterio, pues al sol de hoy no se tiene certeza de dónde se encuentran las osamentas de los gigantes.
En su momento, Serrano explicó que comparando esqueletos de otros gigantes hallados en Indonesia, Perú y España, de no más de dos metros con diez centímetros, los de Romita, Guanajuato, pudieran ser los de mayor estatura a nivel mundial.
La mitología mesoamericana contempla seres enormes
Los gigantes llamados quinametzin, en un pasado muy remoto sin referente temporal exacto, fueron considerados pobladores habituales de la Tierra y se les atribuye la construcción de la antigua Teotihuacan y la pirámide de Cholula..
La mitología mesoamericana así lo asegura y asocia a estos gigantes con el dominio de la raza humana a la que aterrorizaban y esclavizaban hasta que una gran rebelión los desterró.
Colosos desnudos en Puebla
El historiador Mariano Veyta afirma que los olmecas-xicalancas al llegar a Cholollan, Huexotzinco y Tlaxcalla y a lo que hoy se conoce como Puebla, hallaron hombres colosales y desnudos que comían frutas silvestres y animales y que rápidamente sometieron a los que recién arribaban a sus tierras.
Pero los olmecas-xicalancas estaban lejos de querer ser esclavos e idearon preparar una gran fiesta con mucha comida y bebidas para los gigantes que rápidamente se embriagaron y fueron asesinados.
En México hubo gigantes muy malos
Un fragmento atribuido a las Crónicas de la Conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo —soldado español que participó en la conquista de México y luego fue regidor de Santiago de Guatemala— aparece citado en el artículo Los esqueletos de Romita, Guanajuato, publicado por Rafael Oseguera en 2022. En él se menciona lo siguiente::
“Hernán Cortés preguntó a Massecasi y Xicoténcatl de Táscala de dónde provenían los aztecas, ellos respondieron que sus antecesores les habían dicho que en los tiempos pasados había allí entre ellos, poblados de hombres y mujeres muy altos de cuerpo y de grandes huesos. Y que porque eran muy malos y de malas maneras que los mataron peleando con ellos y los que quedaron huyeron y murieron de viejos por lo que trajeron unos huesos como zancarrones de la rodilla a la cadera yo me medí ante él y era tan alto como yo”.
Luces sobre el origen de los enormes esqueletos romitenses
¿Eran mexicas, antiguos chichimecas o de estirpe otomí? Todo parece indicar que no. Algunos estudios básicos aplicados a las osamentas de los gigantes romitenses señalan que pertenecieron a la cultura Chupícuaro, ubicada al sur del Estado de Guanajuato, partiendo concretamente del actual Acámbaro donde sus integrantes se asentaron en aldeas pequeñas a lo largo del río Lerma.
Se cree pues que sus raíces están en el cerro de Culiacán y que, en consecuencia, estos gigantes pudieron vivir entre los municipios de Acámbaro y Tarandacuao, espacio que hoy ocupa la Presa de Solís.
Lo que podría sustentar esta teoría es que los gigantes fueron hallados con veintiocho vasijas de cerámica hechas al estilo de los chupícuaro, famosos por sus extraordinarias piezas polícromas adornadas con bellas figuras geométricas hechas de barro pulido.
¿Dónde están los Gigantes de Romita?
Lo cierto es que tan misterioso es el origen de los esqueletos enormes hallados en este municipio de Guanajuato como su destino después de ser desenterrados.
Supuestamente hoy están en poder del Instituto de Antropología e Historia de Guanajuato.
Por fortuna los colosos no han sido olvidados, pues recientemente, en el mes de julio de 2025, su historia fue protagonista de la conferencia “Visión antropológica de los Gigantes de Romita y un acercamiento a los antiguos romitenses”, dictada por la doctora Ethelia Ruiz Medrano y el arqueólogo Oswaldo Camarillo Sánchez, en el marco del aniversario 55 del Centro INAH Guanajuato.
Aunque la conferencia no reveló el paradero de los Gigantes de Romita, sí dio luz sobre la posibilidad de que se haga realidad un museo local para el rescate de la historia cultural de la región mediante la exhibición de hallazgos arqueológicos que incluyen a los siete enigmáticos gigantes.