Si algo grandioso pudo ofrecer la familia Medici al mundo fue la intuición a la hora de meter su mano al bolsillo para financiar artistas cuyas obras, en tiempos del Renacimiento, podrían ser (o no) apuestas ganadoras.
Los Medici apostaron por el “sí creemos en ti”, y el asunto no pudo haber salido mejor porque no podrás negarme que nombres como Miguel Ángel, Botticelli, Donatello y Verrocchio alcanzaron su propio y privilegiado lugar en la historia del arte gracias a su talento, pero también a padrinos como esta familia italiana.
Y a la intuición de los Medici podemos añadir fe y valor para creer en lo que hoy podemos llamar élite de grandes clásicos del arte universal cuyo talento buscaba respaldo.
Lo tuvieron… Y se lo agradecemos al apellido Medici que, por derecho, ¡también se sienta en silla de honor en las páginas de la historia!
¡Dinero para los ricos de la época!
No es que los Medici hayan nacido en cuna de oro ni nada por el estilo, ¡no señor! Eran comerciantes en el siglo XIV, pero entendieron que su dinero, como banqueros, podía servirles para hacer préstamos a los más poderosos que lo perdían en guerras o no les alcanzaba para construir palacios.
Fue Giovanni de Medici, quien decidió instalar sus negocios en la Florencia de 1397, una ciudad donde muchos ricos perdían el sueño por encontrar estrategias que les permitieran ganar influencia.
El Medici se convirtió en el banco financista de El Vaticano bajo la administración de Cosme, hijo de Giovanni, lo que encumbró a la familia a los ojos de la sociedad florentina.
Formidablemente, a través del arte, encontraron el nicho del prestigio encargando obras a artistas que se beneficiaron de la competencia entre familias de connotados apellidos.
Los Medici comenzaron a amasar una gran fortuna invertida en empresas comerciales que empleaban a miles, pero siempre voltearon la mirada hacia el valor del arte.
El diente roto: una leyenda artística
El apoyo a Miguel Ángel llegó de la mano de Lorenzo de Medici, apodado “el Magnífico”.
El joven artista, quien tenía 14 años y era estudiante, inspirado en una obra antigua, demostró su impresionante talento esculpiendo La cabeza de un viejo fauno (1489-1492) con la boca abierta para mostrar lengua y dientes.
El Magnífico admiró la obra, pero advirtió a Miguel Ángel que los viejos no solían tener dientes perfectos (ni completos) como los de la escultura.
Cuentan que mientras Lorenzo se entretenía en un recorrido por el jardín escultórico de San Marco, Miguel Ángel rompió un diente a la escultura, la pulió y dejó la encía al descubierto. Pero esto parece ser más bien una anécdota literaria porque no existen pruebas históricas de que haya sucedido realmente.
El artista se hizo a un gran padrino
La habilidad del joven escultor valió para que Lorenzo de Medici decidiera apadrinarlo.
Fue así como Miguel Ángel, con el permiso de su padre Ludovico, fue al palacio de Vía Larga donde se educó en letras, arte y filosofía, conoció importantes maestros y se acercó a los adelantos científicos de la época. Mediante esa experiencia, con toda seguridad, alimentó su talento y espíritu y le permitió alinearse entre los inmortales del arte universal.
Cosme llevó el arte a niveles impensables
Giovanni de Medici fue un visionario, sin duda, porque fue él quien inició a la familia en las lides del financiamiento de obras artísticas.
Cosme (1389-1464), su hijo, había heredado la habilidad de negociar. Se tomó el asunto en serio y entendió que el mecenazgo ayudaría a que su familia tuviera gran control sobre Florencia, cuna del Renacimiento.
Así las cosas, fue el responsable de encargos cuyos resultados fortalecieron con creces la fortuna Medici, además de su influencia política, económica, cultural e intelectual.
Obras de renombre universal salieron de las arcas Medici
Cosme favoreció a varios artistas con sus encargos e iniciativas:
- Promovió la reconstrucción de la Iglesia de San Lorenzo (a partir de 1421), en Florencia, cuyo diseño había sido iniciado por Filippo Brunelleschi. Fue un proyecto que se ejecutó entre 1418 y 1436, cuando Giovanni di Bicci aún vivía.
- Dio apoyo financiero para la reconstrucción del convento dominico de San Marcos en 1437. Correspondió a Fra Angélico decorar varios recintos con frescos religiosos devocionales no tan ostentosos.
- Cosme tuvo una importante colección de manuscritos y textos clásicos que sirvieron de fuente primordial para la creación de la Biblioteca Laurenziana.
Cosme de Medici, además, coleccionó objetos antiguos y artísticos. Aunque no existe una colección catalogada como la “colección Cosme”, un buen número de sus piezas se exhiben actualmente en muchos museos de Florencia.
El nieto superó al astuto abuelo
Lorenzo de Medici siguió los pasos de su abuelo Cosme y tomó las riendas de Florencia después de su padre, Piero, quien, la verdad, no tuvo rol protagónico en asuntos inherentes a la conducción del poder que le correspondió por 5 escasos años.
El título de “el Magnífico” (mencionado arriba) no fue gratuito. Lorenzo se lo ganó por dedicar mucho de su tiempo y dinero al apoyo del arte, hasta el punto de patrocinar un taller para la formación de artistas en el Jardín de San Marcos.
El nieto de Cosme de Medici, generó una dinámica intelectual y política a través del arte, abriendo el palacio Medici a la tertulia filosófica, el disfrute de la música y la poesía.
Además de Miguel Ángel Buonarroti, fue el mecenas de célebres artistas como Sandro Botticelli, Bertoldo di Giovanni, Doménico Ghirlandaio, Marsilio Ficinio, Angelo Poliziano; y, de manera indirecta, de Leonardo da Vinci y Andrea del Verrocchio.
Lorenzo fue mecenas, pero también protagonista
Amaba la mitología y la filosofía. Ese amor se hizo evidente en obras como El nacimiento de Venus y Primavera, de Botticelli, así como la traducción y comentarios de la filosofía de Platón, encargados a Marsilio Ficino.
¿Qué le permitió a Lorenzo de Medici seguir el padrinazgo del arte renacentista que inició su abuelo Cosme?
¡La respuesta es simple! Fue educado como un príncipe y preparado en los diversos escenarios en que el arte era protagonista en el Renacimiento.
Lo vasto y profundo de su aprendizaje le sirvió de referente para apoyar a los artistas de la época en distintas disciplinas, con pleno conocimiento de que estaba abonando un rico terreno para el florecimiento del nombre de su familia y, lo mejor, para el de la historia de Florencia.
No nació “Magnífico”, pero lo fue
La biografía de Lorenzo de Medici incluye una nutrida educación:
– Su preceptor, Gentile Becchi, lo introdujo en los principios humanísticos, estudio de la dialéctica, la retórica y los clásicos.
– Tomó lecciones de música y baile.
– El maestro y músico, Antonio Squarcialupi, influyó para que Lorenzo aprendiera a tocar el laúd y se aventurara a cantar. Aunque hay registros históricos de su afición por la poesía y el canto, no existen precisiones sobre la calidad de su voz.
– Estudió literatura en toscano, dialecto florentino fomentado, entre otros, por el gran Dante Alighieri.
– Fue poeta y escritor de novelas cortas y sátiras
La providencia le permitió a “el Magnífico” no solo gobernar a Florencia durante más de dos décadas, sino financiar a renombrados artistas y por eso ha sido llamado protector de las artes y mecenas del Renacimiento. En dos palabras ¡El Padrino!
¿El mecenazgo de los Medici a qué obedecía realmente?
No es posible desconocer que la fortuna de la familia Medici y su interés por el arte colaboró a su florecimiento en el Renacimiento a través del patrocinio a gigantes talentos como lo hemos reseñado.
Sin embargo, hay voces que desvirtúan el interés de familias como esta (que no fue la única en implementar el mecenazgo) al apoyar económicamente al arte en sus diversas narrativas y disciplinas.
¿Y tú qué piensas?
Esas voces señalan que mantener el poder, nutrir sus colecciones de arte privadas y amasar una cada vez más grande fortuna fueron objetivos más reales y, por lo tanto, menos altruistas.
Te pregunto: ¿Qué crees que movió a la familia Medici? ¿El hecho de querer consolidar el nombre de su familia y afianzarse en la escena política y económica en la Florencia renacentista, le resta peso y nobleza a su deseo de financiar a muchos de los grandes de la cultura universal?