En la Capilla Sixtina se encuentra la mayor concentración de obras maestras renacentistas por metro cuadrado del mundo. Además, contiene la imagen más célebre del arte: La Creación de Adán de Miguel Ángel (1475-1564), en la cual vemos a un Dios semejante a una deidad clásica, insuflando vida al hombre.
Además de su fama como pieza maestra renacentista, la Capilla Sixtina contiene hechos sorprendentes. Por ejemplo, Miguel Ángel retrató a algunos de sus enemigos, inmortalizándolos, aunque no como ellos lo hubieran deseado.
También pintó figuras con enfermedades y a la serpiente del Edén ofreciéndole a Eva un higo, en vez de una manzana.
Conoce ahora las 15 cosas más interesantes que tal vez no sabías de la Capilla Sixtina.
1.- Un polémico juicio final
La multitud de figuras desnudas en el fresco de El Juicio Final, en el altar mayor de la capilla, es un símbolo de la vulnerabilidad del alma humana frente a Dios. Pero Biagio de Cesena, maestro de ceremonias del papa, se quejó ante tanta indecencia.
Miguel Ángel se vengó de Biagio retratándolo como el juez del inframundo Minos, al que una serpiente muerde los genitales. No fue la única vez que Miguel Ángel hizo algo así con un enemigo.
La censura finalmente se salió con la suya y en 1564 contrataron al pintor Daniele da Volterra (alumno de Miguel Ángel), para “adecentar” los frescos. Más tarde, a este se le apodó como Il Braghettone, que significa “pintor de calzones”.
2.- Autorretratos de Miguel Ángel
Miguel Ángel pintó cientos de rostros en sus frescos, y no resistió la tentación de ocultar el suyo —distorsionado— en la piel arrancada al mártir San Bartolomé, en el Juicio Final. También se ha sugerido que la figura en la esquina inferior izquierda de este mismo fresco, cuyos ojos miran hacia arriba, es asimismo un autorretrato suyo.
3.- Los frescos se pintaron a regañadientes
Julio II, sobrino de Sixto IV, había contratado a Miguel Ángel para que esculpiera su monumental sepulcro, pero súbitamente dejó de interesarse en el proyecto, por lo que el artista se marchó furioso a Florencia.
Julio II lo hizo volver escoltado por los soldados papales y le impuso la tarea de pintar la bóveda de la Capilla Sixtina. Miguel Ángel, que no se consideraba pintor, aceptó de mala gana el encargo que lo haría famoso, aunque el papa le otorgó libertad creativa. Dejó inacabado el sepulcro, aunque sí logró terminar una versión reducida del mismo.
4.- Andamio y sombrero de velas
Contrario a la creencia popular, Miguel Ángel no pintó el techo de la Capilla Sixtina acostado. Así lo demostró un estudio 3D realizado en 2010 y publicado en el British Medical Journal, el cual concluyó que las pinceladas solo pudieron ser hechas por alguien de pie.
De hecho, Miguel Ángel diseñó y construyó su propio andamio, del cual existen dibujos. Y para pintar a solas durante la noche, el artista también diseñó un sombrero cubierto de velas a modo de lámpara.
5.- ¿Higo o manzana?
En el fresco El Pecado Original y La Expulsión del Paraíso, pertenecientes al techo de la capilla, la fruta prohibida es un higo, en vez de una manzana. Miguel Ángel, conocedor de las escrituras, sabía que el Génesis no menciona una fruta en particular, pero sí asegura que Eva y Adán se cubrieron más tarde con hojas de higuera. Por lo tanto, la elección de este árbol es bastante lógica.
6.- Personajes con enfermedades
Obsesionado con la anatomía, Miguel Ángel pintó una figura femenina con signos de cáncer de mama en su fresco El Diluvio. Uno de los pechos es claramente normal, mientras que el otro muestra bultos y deformidades que sugieren esta condición.
Además, pintó a un Jonás con bocio (inflamación de la tiroides), un Jeremías con manos artríticas, a un condenado con una malformación en la columna (posiblemente tuberculosis ósea) y a varias figuras con polidactilia.
7.- Originalmente se llamaba Capella Magna
El ambicioso Francesco della Rovere, conocido como Sixto IV, mandó a construir la Capilla Sixtina en 1475 para sustituir la antigua capilla papal, deteriorada por el tiempo. El pontífice trabajó incansablemente por devolverle a Roma su poderío como centro cultural.
Entre las otras obras notables que mandó construir están el Puente Sixto, el Hospital de Santo Spirito y la Biblioteca Vaticana. La nueva capilla terminó llamándose así precisamente en homenaje a Sixto IV.
8.- Posee dimensiones bíblicas
Diseñada por Baccio Pontelli y ejecutada por Giovanni de Dolci, la Capilla Sixtina posee las mismas dimensiones del templo de Salomón, según se describen en el Antiguo Testamento: 40,9 m de largo, 13,4 m de ancho y 20,7 m de alto hasta la bóveda.
9.- La restauración millonaria
Desde 1989 a 1999 se realizó una restauración de los frescos de la capilla. Los antiguos tonos terrosos se convirtieron en colores brillantes, para horror de algunos expertos que señalaron el borrado de pentimenti y el sfumato original del artista.
Sin embargo, análisis científicos determinaron que aquellos sí eran los colores originales, solo que el hollín acumulado por siglos los había ocultado, aunque convinieron en que algo de la profundidad original desapareció. El procedimiento costó 4.2 millones de dólares, pagados por una empresa de televisión japonesa a cambio de los derechos de filmación.
10.- Ventanas selladas
Las ventanas de la Capilla Sixtina no dan hacia la calle, sino a un patio interno del Palacio Apostólico. A pesar de todo, fueron selladas en 1999 para evitar que la contaminación del exterior dañe los frescos.
El interior de la capilla ha sido climatizado cuidadosamente, no solo para la comodidad de los visitantes, sino para evitar que la humedad y el CO2 exhalado deterioren las pinturas.
11.- Es el lugar oficial de las elecciones papales
Desde 1878, el sitio oficial para las elecciones papales ha sido la Capilla Sixtina, con León XIII. Antes de esa fecha, el papa podía ser electo en cualquier otro lugar, si bien la capilla ya había albergado cónclaves anteriormente, siendo el primero en 1492.
12.- Capilla privada del Santo Padre
La Capilla Sixtina es de uso privado para el sumo pontífice y su entorno cercano. No es una iglesia abierta al culto público y, de hecho, carece de fachada. Solamente es accesible a través del Palacio Apostólico y al final del recorrido es como se puede llegar a ella. Los visitantes pueden acceder, siempre y cuando el papa no la ocupe en ese momento.
13.- Nada de instrumentos musicales
Durante mucho tiempo estuvo prohibido tocar instrumentos musicales en la Capilla Sixtina, ya que se creía que las vibraciones podrían dañar los frescos. La acústica del recinto es maravillosa y el canto sí está permitido, siendo el coro de la Capilla Sixtina uno de los más famosos del mundo.
Sin embargo, ha habido excepciones, como la vez que Juan Pablo II autorizó un órgano electrónico en 1986 o cuando Francisco permitió violines y un piano en un concierto —en el que se usó control de decibeles— en honor a las víctimas del genocidio armenio en 2015.
14.- El cielo estrellado que desapareció
La bóveda original de la capilla, obra de Piermatteo d’Amelia, representaba un cielo azul con estrellas doradas y tal vez otros elementos decorativos. Miguel Ángel debió cubrirlo todo antes de comenzar su propia obra. Restauraciones y estudios posteriores han dejado en evidencia la existencia del cielo original.
15.- Constelación de artistas famosos
Antes de que Miguel Ángel pintara el techo y el altar mayor de la Capilla Sixtina, el papa Sixto IV ya había contratado a Sandro Botticelli (1445-1510), Pietro Perugino (1446-1523), Domenico Ghirlandaio (1449-1494), maestro de Miguel Ángel; Cósimo Rosselli (1439-1507), Luca Signorelli (1450-1523) y Pinturicchio (1454-1513), para pintar los frescos laterales, mucho más accesibles.
Los personajes centrales fueron Cristo y Moisés. También participó Rafael (1483-1520) con unos tapices diseñados por él, que lamentablemente desaparecieron tras unos saqueos.
El papa Sixto IV falleció en 1484, cuando Miguel Ángel tenía apenas nueve años, por lo que nunca llegaron a conocerse. Fue el sobrino de Sixto IV, el papa Julio II, quien lo llamó tras el descubrimiento de unas filtraciones que justificaban una remodelación del techo.
Como se puede ver, la Capilla Sixtina es mucho más que un lugar de culto. Es todo un libro de historia, arte y humanidad, repleto de tesoros, donde tras cada pincelada hay anécdotas maravillosas en las que se entrelazan fe, ciencia, genio y rebeldía.