¿Sabías que un faraón egipcio tenía solo 6 tatarabuelos en lugar de 16?
Cuando hablamos de familias con alta endogamia, las estirpes reales son las que encabezan la lista, pues era una práctica común para mantener el linaje real y la pureza de la sangre, así como garantizar que el trono no fuera cedido a otras dinastías. Pero ¿qué consecuencias negativas hubo producto de la endogamia? ¡Prepárate a conocerlas!
1. Los padres de Tutankamón eran también sus tíos
Los padres del rey egipcio eran parientes; para ser exactos, eran hermanos. Es decir, eran sus padres y a la vez sus tíos. Producto de esta relación endogámica, Tutankamon fue una persona enfermiza y débil. De acuerdo con un estudio de 2010, se comprobó que su fallecimiento fue a los 19 años, tenía una pierna rota y padecía de malaria. También se determinó que tenía paladar hendido, sufría de escoliosis y tenía un pie zambo que le impidió caminar con normalidad. Además, sufría de una enfermedad degenerativa que le estaba carcomiendo los huesos del pie izquierdo. Los científicos están casi seguros de que estos problemas se debieron a la endogamia.
Tutankamon replicó la conducta de sus padres y se casó con una de sus hermanas (o medio hermana). Se cree que esta es la razón por la que no tuvo hijos. También resulta curioso que fue enterrado con dos fetos no natos, ¿serían hijos suyos?
2. El gen de la hemofilia de la “abuela de Europa”
La reina Victoria gozaba de buena salud, pero sus descendientes no tuvieron la misma suerte. Ella portaba el gen de la hemofilia, sin desarrollar la enfermedad. Pero su propio hijo, Leopoldo, murió de hemofilia a los 30 años.
La reina Victoria de Inglaterra es conocida como la “abuela de Europa”, pues tuvo nueve hijos, los cuales contrajeron nupcias estratégicas en todo el continente para fortalecer el poder y el linaje real, lo cual solo se garantizaba si entre sí las alianzas se iban estrechando. Por eso la “sangre” de Victoria se extendió por España y hasta en Rusia. Lamentablemente, muchos de sus nietos y bisnietos, como el zarevich Alexei, padecieron de hemofilia.
3. ¿Fernando I de Austria tenía una gran cabeza?
Aun cuando algunos miembros de la realeza no mostraban signos visibles de imperfecciones debido a la endogamia, otros no podían ocultarlo. Ese fue el caso de Fernando I, emperador de Austria. Sus padres fueron Francisco I de Austria y María Teresa de Nápoles y Sicilia, quienes eran primos hermanos dobles, es decir, compartían los mismos cuatro abuelos. Este grado de consanguinidad tan cercano podría explicar la condición hidrocefálica de Fernando, la cual le provocaba constantes convulsiones y dificultad para hablar. Hasta se afirma que tenía una discapacidad cognitiva y una evidente cabeza muy grande, plasmada en los retratos de la época.
Fernando se casó con una prima lejana, María Ana de Piamonte-Cerdeña, pero nunca tuvieron hijos. Pese a sus problemas de salud, vivió 82 años.
4. ¿Carlos II de España literalmente tenía un pequeño corazón?
Carlos II de España nació en el seno de la dinastía de los Habsburgo, una familia caracterizada por los matrimonios entre sus miembros, ya que no soportaban repartir su riqueza y poder con linajes extranjeros. Así, los padres de Carlos eran tío y sobrina, siendo su abuela también su tía.
Este alto grado de consanguinidad provocó en el joven Carlos una serie de problemas, más allá de la característica mandíbula pronunciada de los Habsburgo: padecía de epilepsia, calvicie precoz y retraso en el desarrollo, aun cuando solo rondaba los 30 años. Cuando murió a los 38 años, la autopsia reveló que supuestamente su corazón era tan pequeño como un grano de pimienta, otros órganos internos estaban muy dañados y tenía un solo testículo ennegrecido. Podría pensarse que hay exageración en estos resultados, pero no son del todo descabellados, producto de los cruces genéticos sostenidos en el tiempo por esta dinastía. Los investigadores contemporáneos creen que padeció de trastornos renales y un mal funcionamiento de la glándula pituitaria. Lo más lamentable fue que Carlos no pudo tener descendencia, lo que marcó el fin de los Habsburgo en España.
5. ¿Una familia de piel azul producto de la endogamia?
La familia Fugate era azul. Vivían en Troublesome Creek, Kentucky, aproximadamente desde el 1820. La coloración de la piel se debía a que portaban los genes de la metahemoglobinemia, una afección sanguínea recesiva que induce el azul y que, gracias a la endogamia, no desapareció y varias generaciones tuvieron rasgos “pitufinos”.
El aislamiento geográfico fue el impulsor de los matrimonios entre parientes o con vecinos de la misma comunidad, lo que aumentó la probabilidad de que ambos padres portaran el mismo gen recesivo.
6. La inteligencia y excepcional físico de la realeza hawaiana
La relación entre familias era muy común en el Reino de Hawái, a pesar de ser inusual en otras sociedades polinesias. El matrimonio entre hermanos se consideraba «la unión más perfecta y venerada», cuya descendencia tenía un rango casi igual al de los dioses. De hecho, según algunos relatos hawaianos, se dice que los hijos engendrados en un matrimonio endogámico destacaban por su excepcional físico e inteligencia. Algunos expertos creen que esta preferencia por la endogamia entre hermanos era una forma de proteger el linaje real.
Algunos casos notables de relaciones endogámicas en la realeza hawaiana fueron la del rey Kamehameha II y su hermanastra Kamāmalu, quienes sí se casaron formalmente; y el de Kamehameha III y su hermana carnal Nahienaena, quienes no pudieron casarse porque los misioneros cristianos se opusieron a esta unión.
7. Cleopatra, de la dinastía ptolemaica, tenía solo seis tatarabuelos
La dinastía ptolemaica gobernó Egipto desde el 305 al 30 antes de Cristo, procurando siempre mantener el poder entre su familia y la pureza de su sangre. Prueba de ello es el hecho de que solo tenían seis tatarabuelos, cuando lo normal es tener 16.
En el antiguo Egipto, los matrimonios entre hermanos eran muy habituales. El linaje ptolemaico es una muestra de ello, en el que Cleopatra es el personaje más conocido. Antes de la llegada de César, la reina egipcia estuvo casada con su hermano Ptolomeo XIV y, antes de este, con Ptolomeo XIII.
Hay evidencia de que esta dinastía padecía de obesidad, lo cual es atribuible al grado de consanguinidad entre sus miembros, generando problemas hereditarios de tiroides. No obstante, es difícil determinar las genealogías antiguas con precisión, pues falta documentación que clarifique su ascendencia.
8. ¿María La Loca se volvió loca porque se casó con su tío?
María I de Portugal, también conocida como María La Piadosa o La Loca, se casó con su tío Pedro III. Así que sus siete hijos eran también sus primos.
Se cree que su apodo de “loca” se debía a que lanzaba gritos escalofriantes por todo el palacio.
9. ¿Bipolares en la Casa de Hanover?
Jorge III, mejor conocido como el “Rey Loco”, presentaba un raro padecimiento que le provocaba tener la orina azul, ser maniático y comportarse de forma errática. Hace unas cuantas décadas se creía que padecía de porfiria, una enfermedad que se volvía más grave en personas nacidas en el seno de la endogamia. No obstante, hoy día —con los registros históricos que se tienen— los expertos se inclinan a pensar en que, en realidad, Jorge III era bipolar.
10. Los Braganza no gozaban de larga vida
Cuando hablamos de endogamia real, inmediatamente pensamos en los Habsburgo o en los descendientes de la reina Victoria de Inglaterra; sin embargo, una investigación de 2018 reveló que de los 17 matrimonios conocidos entre la dinastía Braganza, ocho parejas eran primos segundos o con un grado consanguíneo más cercano; por ejemplo: matrimonios entre primos hermanos o entre tíos y sobrinas. La consecuencia más notoria y determinante debido a la endogamia era la esperanza de vida de los Braganza, la cual era considerablemente menor si se comparaba con las demás personas.
El caso más ejemplar de esta familia fue el de María I de Portugal, quien fue la primera reina en gobernar por derecho propio. Ella se casó con su tío. Era maniática, depresiva y psicótica. Hoy día sería diagnosticada como bipolar. Pero esta reina tuvo una vida difícil: su esposo y su hijo murieron, vivió la Revolución Francesa y la llegada al poder de Napoleón Bonaparte, lo que la obligó a huir a Brasil con el resto de su familia.
11. Las hijas “adoptadas” en el Reino de Corea
En el Reino de Silla, la sucesión al trono no solo se daba entre los miembros del rango “seonggol” o “hueso sagrado”. Para perpetuar este rango, los miembros de este linaje se casaban entre ellos para mantener un linaje real “puro”.
Por su parte, en sus primeros años de consolidación, la dinastía Goryeo también se dedicó a concertar matrimonios endogámicos dentro de la familia real, iniciando la endogamia con Gwangjong (el cuarto rey), quien se casó con su hermanastra, la reina Daemok. Para evitar el bochorno de la endogamia, las mujeres eran “adoptadas” por sus familias maternas, tras su nacimiento.
La endogamia de la dinastía coreana llegó a su fin cuando la reina Heonae, madre de Mokjong (el séptimo rey), fue derrocada cuando intentaba hacerse del trono para sí y sus hijos ilegítimos, gracias a un golpe de Estado organizado por el general de Goryeo, Kang Cho.
12. ¿María Antonia de Austria es el personaje real con el coeficiente más alto de endogamia?
Al hablar de los Habsburgo y la endogamia real pensamos rápidamente en Carlos II de España, pero quien le gana por mucho es su sobrina, María Antonia de Austria.
De acuerdo con un estudio realizado por “Heredity”, se determinó que ella posee el coeficiente de endogamia más alto conocido (un índice de medición endogámica) en toda la familia Habsburgo. De hecho, según el reporte, su índice supera el de una persona nacida de la unión entre padre e hijo, o hermanos de padre y madre. ¿Pero quiénes eran sus padres? El emperador Leopoldo I, del Sacro Imperio Romano Germánico, quien era tío y primo de su madre, Margarita Teresa. Esta mujer era ya producto de una relación endogámica. De hecho, se especula que su prematura muerte en el parto se debió a su sistema genético débil.
Aun así, María Antonia no siguió el legado endogámico, pese a que estuvo a punto de casarse con Carlos II, pero el matrimonio se frustró porque él tenía 12 años y ella, seis. Finalmente, María Antonia se casó con Maximiliano II de Baviera y murió joven, a los 23 años, en el parto de su único hijo.
13. Luis II de Baviera, ¿otro “rey loco”?
No solo las dinastías españolas y portuguesas tenían tendencias endogámicas, pues la casa alemana Wittelsbach también contaba con un árbol genealógico muy intrincado. Aunque —para su suerte— sus problemas eran incomparables con los de los Habsburgo.
Pero, ciertamente, algunos de sus miembros sí llegaron a desarrollar comportamientos extraños, como Luis II de Baviera, quien ostentaba una conducta extravagante en los proyectos de construcción, lo que daba la impresión de que tenía una lejana percepción de la realidad. A tal punto llegaba su disociación con el entorno real, que lo declararon demente y, curiosamente, tres días después murió ahogado en un lago cercano a su residencia. No se sabe si fue un accidente, por decisión propia o por conveniencia de terceros.
14. ¿Hubo matrimonios entre los Wittelsbach y los Habsburgo?
La dinastía alemana Wittelsbach padeció diversos casos de enfermedades mentales, que se atribuyen a los matrimonios endogámicos entre ellos y, a su vez, por uniones estratégicas con la familia Habsburgo, otra dinastía endogámica. Muchas de estas alianzas se daban por razones políticas, de poder y para mantener la sangre “pura” real.
15. El fundador del Imperio inca se casó con su hermana mayor
En el continente americano también se daban matrimonios endogámicos, como los de los Sapa Inca del Perú, quienes regularmente contraían nupcias con sus hermanas para mantener la pureza de su sangre. Tal es el caso de los hijos de Huayna Cápac que se casaron con sus hermanas; a saber: Huáscar con Chuqui Huipa, Atahualpa con Coya Asarpay y Manco Inca Yupanqui con Mama Uqllu.
Manco Cápac fue el fundador del Imperio inca y una figura misteriosa, de quien se dice que podría ser el resultado de varias fusiones. Los relatos cuentan que se casó con su hermana mayor, Mama Uqllu, y de esa unión nacieron todos los gobernantes incas posteriores.
El tema de la endogamia es más común de lo que se piensa, pero como los miembros de la realeza tenían estatus y una vida pública, la historia apunta más hacia ellos.